martes, 20 de abril de 2010



“EN ESTE LUGAR MALDITO, DONDE REINA LA TRISTEZA, NO SE CONDENA EL DELITO, SE CASTIGA LA POBREZA”

Dentro de la asignatura de Filosofía y Ciudadanía, para introducir los temas de ciudadanía realizamos una actividad con la asociación APDHA, (Asociación pro Derechos Humanos de Andalucía) tratándose de forma general el problema de las cárceles y más concretamente el caso de los manteros en prisión. El taller fue realizado por un educador, (ex director de un centro de menores) Ignacio Andrío Lejarza y una abogada Isabel Pro Martín.
Durante su exposición nos explicaron la posición que mantienen la APDHA en relación a este tema:
“Desde la APDHA apoyamos la plataforma “Ni un solo mantero en prisión” que pretende la reforma del código penal que evite el ingreso en prisión de las personas que trabajan como manteros y, mientras lo consigue, la tramitación de indultos a todas aquellas personas que se encuentran en las prisiones andaluzas condenados por este delito.

La criminalización de los manteros es sólo un ejemplo más de la represión hacia los inmigrantes que tiene lugar en nuestro país. La pena de prisión por el Top Manta es una reacción excesiva, que lesiona buena parte de los principios del derecho penal en un estado social y democrático de derecho como son los principios de proporcionalidad e intervención mínima. Además, motivada por fuertes intereses económicos, criminaliza la exclusión y pobreza que ya sufren estas personas inmigrantes. Éstas ya forman parte, en muchos casos, de la marginación social, el chabolismo de las grades ciudades, la infravivienda, la carencia de derechos, la imposibilidad de acceso a los servicios del estado del bienestar, el miedo constante a la policía y a ser expulsados y, por tanto, la condena a vivir escondidos. La realidad es que muchos trabajan de forma clandestina, en condiciones laborales a veces cercanas a la esclavitud, con salarios muy bajos, horarios y jornadas muy largas.

Las consecuencias de esta pena para los inmigrantes en situación administrativa irregular son contundentes y quedan expuestos a que sus condenas sean sustituidas por la expulsión del país. Cuando terminan de cumplir sus penas en las cárceles no podrán regularizar su situación hasta que no caduquen sus antecedentes penales.

Desde la defensa de los derechos humanos, no tienen sentido estas políticas sancionadoras que dan la espalda a las situaciones de exclusión, que no están interesadas por la situación que viven muchas personas y que, en lugar de legislar para la igualdad de oportunidades y aprobar una necesaria ley de inclusión tantas veces prometida, legisla para estigmatizar a las personas que sólo intentan buscarse la vida.”
Terminamos tratando el problema de las presas informándonos de que son muy pocas las cárceles que están destinadas a mujeres. La mayoría de las cárceles se diseñaron sin imaginar siquiera que podría haber reclusas, por lo que las mujeres fueron recluidas en espacios adaptados para ello y que ni contaban con un patio, ni mucho menos con gimnasio, biblioteca, sala de enfermería o talleres.

Taller realizado el viernes 16-4-2010 con la colaboración de APDHA, Asociación pro Derechos Humanos de Andalucía, y propuesto por Dña. Nani Pérez Vilco

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